011. represión antifeminista en turquía
donde el gobierno ataca con violencia a los avances en derechos de las mujeres y de la comunidad lgbtiq+.
Marhaba1, ¿qué tal estáis? Esperamos que hayais empezado el verano por todo lo alto. Hoy os traemos una newsletter-podcast. Desde nuestra /zaura/, os hablamos de la represión antifeminista en Turquía y la resistencia por parte de las mujeres activistas y de las miembros de la comunidad LGBTIQ+.
Para recuperar nuestras anteriores newsletters ya sabéis que sólo tenéis que visitar nuestro archivo. Si alguien que te quiere te ha reenviado este correo es porque quizá te interesen las luchas en Oriente Medio. Ojalá sea así porque esta es una invitación a hacer la revolución juntxs en la newsletter del podcast /zaura/. Sólo tienes que suscribirte para leernos cada dos semanas.
Saben que protestar puede implicarles la detención, pero no por eso dejan de poner el grito en el cielo. Miles de mujeres en Turquía se unen en la indignación y el dolor para apuntar contra el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, al que acusan de haberles dado la espalda ante el peligro.
En Turquía, la violencia machista mata al menos a una mujer cada día, pero el gobierno toma el camino contrario y no sólo se aleja de las medidas para combatir las agresiones por razón de género, sino que reprime a quien se atreve a alzar la voz para denunciarlo.
La actual tendencia regresiva del país se lleva de antemano los progresos de los últimos años. En la primavera del 2011, la Turquía de Erdogan se unía a un tratado internacional que reconocía importantes reivindicaciones feministas. La convención, promovida por el Consejo de Europa, reconoce la existencia de la violencia de género y obliga a las autoridades de los estados firmantes –son 45– a impulsar marcos legales para erradicarla. Dicho de otra forma, firmar esta convención obliga al estado a proteger de la violencia machista a las mujeres y a la comunidad LGTBIQ+.
Turquía no sólo se convertía en el primer país del mundo en unirse al convenio, sino que acogió su firma, por lo que el tratado se conoce internacionalmente como la Convención de Estambul. Aunque su aplicación en el país turco fuera imperfecta, de repente mujeres, lesbianas, gays y trans, entre otros, veían cómo el estado les apoyaba en situaciones en las que antes se veían abandonadas. La nueva ley 6284 les daba protección legal en caso de que fueran víctimas de violencia física, pero también psicológica o incluso económica.
En un país en el que muchas parejas heterosexuales están formadas por un hombre que trabaja y una mujer que no forma parte del mercal laboral, la nueva legislación plantea un pequeño subsidio que el miembro con más recursos de la pareja debe enviar periódicamente a la otra persona en caso de divorcio. También puede ser a la inversa: si la mujer tiene recursos y él no los tiene, el tribunal sentenciará que sea ella quien tendrá que enviar apoyo a su ex marido. Tal y como dicen activistas feministas sobre el terreno, la Convención de Estambul hacía que ya no tuvieras que luchar contra el sistema, sino que el sistema se posicionaba de tu lado para apoyarte.
Pero con el tiempo, el Partido por el Desarrollo y la Justicia capitaneado por Erdogan abandonó el camino de la apertura política y optó por lanzar una ofensiva conservadora. Aunque fuera por la mínima, ganó un referéndum para que Turquía dejara atrás el sistema parlamentario y adoptase uno presidencial, ampliando sus poderes. Y más tarde, en el 2021, Erdogan sacó a Turquía de la convención de Estambul. Muchas voces en el país denuncian que fue una decisión de un solo hombre, dado que sólo el 7% de la población se oponía al contenido de la convención.
El abandono de las políticas por combatir la violencia por motivos de género provocó protestas en todo el país, que fueron replicadas con la represión sistemática de las fuerzas de la seguridad. Desde entonces, las autoridades del país afirman que la cifra de feminicidios va a la baja, pero grupos de mujeres llevan la contraria al relato oficial. La Plataforma Acabaremos con los Feminicidios asegura que 280 mujeres murieron asesinadas por feminicidio durante el 2021. La mayoría de ellas, afirman, fueron asesinadas en su propio hogar, y al menos 33 de ellas habían pedido protección al estado para mantenerse seguras frente a la amenaza de sus agresores.
Por si fuera poco, todavía habría otras 217 mujeres que murieron bajo causas sospechosas. Oficialmente, se desconoce si sus muertes son por causa natural, por suicidio o por asesinato, pero la Plataforma denuncia un incremento preocupante en este tipo de muertes, y las vincula a la supuesta intención de los perpetradores de encubrir feminicidios, aprovechándose así de los escasos esfuerzos que las autoridades realizan al investigarlas.
En el nuevo podcast de zaura, hablamos sobre el giro a la derecha de Erdogan, sobre la pérdida de derechos tanto de las mujeres como de la comunidad LGTBIQ+ y, sobre todo, de la Turquía que resiste, con múltiples grupos civiles que siguen defendiendo los derechos de las minorías sexuales. Lo hacemos con Nilgün Yilmazarslan, activista por los derechos de las mujeres residente en la ciudad de Gaziantep.
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Marhaba (مرحبا) significa hola en árabe.