#002 palestinas fuera del mundo
la vida entre la marginalización y la nostalgia de las refugiadas en líbano
Marhaba1, ¿cómo estáis? Nos hace enorme ilusión compartir con vosotras la segunda newsletter de nuestra /zaura/. En ella, abordaremos la situación de la comunidad palestina en el Líbano, un país que acoge centenares de miles de exiliadas desde hace siete décadas pero que al mismo tiempo les hace la vida imposible para que no se establezcan en el territorio.
Si os perdisteis la anterior newsletter podéis darle a este enlace y conocer más acerca de la situación de la comunidad LGTBQ+ en Beirut. Si alguien que te quiere te ha reenviado este correo es porque quizá te interesen las luchas en Oriente Medio. Ojalá sea así porque esta es una invitación a hacer la revolución juntxs en nuestra /zaura/. Sólo tienes que suscribirte para leernos cada dos semanas.
Medio millón de refugiadas palestinas residen en Líbano y casi todas han pasado por un proceso similar. Han dado sus primeros pasos en sus hogares, envueltas de referencias culturales palestinas, pero han nacido en un país que no habla su dialecto árabe y que las fuerza a sentirse extrañas. Descubrirlo lleva a una sumersión que muchas definen como un cruce de identidades incompletas.
Hiba lo recuerda y la familia se echa a reír en el salón de casa: "cuando yo era pequeña, pensaba que vivíamos en Palestina!". Su madre exagera y le dice bromeando que no se percató de que estaban en Líbano hasta los 18 años. "Eso es algo de lo que te vas dando cuenta a medida que te haces mayor", se justifica la joven.
La familia de Hiba reside en Burj el Barajne, un campo de refugiadas palestinas ubicado en el sur de Beirut. Aunque una minoría de ellas viven integradas en las ciudades, casi todas las palestinas en el país habitan en uno de los 12 campos que existen en todo Líbano. Estos 'barrios' funcionan como guetos y están formados por callejuelas oscuras e insalubres por las que corren aguas y cuelgan redes de cableado. Fueron creados décadas atrás como solución temporal ante la creación del Estado de Israel, que supuso la expulsión de miles de personas de la Palestina histórica. Hoy, sin embargo, las construcciones destartaladas de estos campos de refugiadas sufren cada día más para soportar el crecimiento demográfico de sus residentes.
El desempleo y la pobreza crónicas que golpean la población palestina en el país no son casualidad. Las autoridades libanesas les niegan la ciudadanía aunque hayan nacido en Líbano, les prohíben ejercer docenas de oficios y les impiden adquirir propiedades fuera de los campos de refugiadas.
Las palestinas suelen decir que "el gobierno libanés ama la causa palestina, pero odia las palestinas", puesto que les niegan los derechos fundamentales en su intento de evitar que se establezcan en el país. El motivo se esconde en el funcionamiento de las instituciones libanesas, que reparte cuotas de poder a partir del peso demográfico de cada uno de los grupos religiosos. Conceder la ciudadanía a miles de refugiadas palestinas de confesión musulmana sunnita provocaría un giro incierto en el frágil equilibrio sobre el que se sustena el estado.
La marginalización, las represarlias e incluso el cambiar de dialecto árabe para pasar desapercibidas fuerzan las palestinas en Líbano a mantener vivo el deseo de regresar a su tierra y de abandonar un país que no sienten suyo. La ley internacional les reconoce el derecho al retorno, pero las autoridades israelíes, no.
"Las palestinas en Líbano no es que estemos encalladas entre dos mundos. Estamos fuera del mundo", afirma Nadya, residente de Burj el Barajne y madre de dos pequeñas: "Me rompe el alma que esto pase de generación en generación". Su abuela huyó de Palestina para salvar la vida, pero no pudo morir en su tierra, tal y como hubiera querido: "Tuvo que hacerlo en Líbano. La enterraron como refugiada y extranjera".
Si el tema te ha interesado y te gustaría saber más sobre ello, te dejamos algunos enlaces que podrían ser de utilidad.
Organizaciones: Al Jana; Basket Beat Borders; Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo
The mobilizing power of Palestinians in Lebanon (Al Shabaka, 2022)
cantar la revolución.
oh, tesoro de Damasco,
este tiempo ha sido tan largo, belleza mía,
ven a mí.
El cantante sirio Sabah Fakhri (1933) iluminó varias generaciones árabes durante 70 años con sus canciones de música tradicional siria. Su canción Ya Ma al-Sham, un tema sobre Damasco, siempre suena en las reuniones nostálgicas de expatriadas sirias. Sabah Aby Qaws -así era su nombre real- creció en la ciudad de Alepo, considerada una de las cunas de la música oriental árabe, rodeado de los sonidos que emitían las mezquitas. Uno de sus primeros trabajos fue ejercer de muecín, recitando el corán, hasta que adoptó su nombre artístico inspirándose en Fakhri al-Barudi, un líder nacionalista e anti-colonial de mediados del siglo XX. La combinación de la poesía tradicional con la música llevó Fakhri a erigirse como símbolo de la época dorada de la canción árabe, adaptando versos antiguos de poetas de hasta el siglo X, como Abu Firas al-Hamdani o al-Mutanabbi. El cantante, que falleció en 2021, será siempre recordado por su habilidad de captivar la audiencia durante interminables horas, solo interrumpidas por el canto de la oración la madrugada siguiente.
ellas son la /zaura/.
Samira Salah es una refugiada palestina residente en Beirut y lleva medio siglo siendo una de las figuras más relevantes del intelectualismo y activismo pro-palestino en el Líbano. La militancia de Salah ha pisado múltiples frentes, entre ellos el Consejo Nacional Palestino y la Organización por la Liberación Palestina. Su actividad política gira entorno al reconocimiento de los derechos de la comunidad palestina en Líbano y también hace pedagogía a favor del derecho al retorno de las refugiadas palestinas, reconocido por la ley internacional. Salah ha luchado por expandir los derechos de las mujeres palestinas y lo ha hecho tanto desde cargos políticos como desde movimientos de base.
manifiestos.
Orígenes, de Amin Maalouf.
Pertenezco a una tribu que, desde siempre, vive como nómada en un desierto del tamaño del mundo. Nuestros países son oasis de los que nos vamos cuando se seca el manantial: nuestras casas son tiendas vestidas de piedra; nuestras nacionalidades dependen de fechas y barcos. Lo único que nos vincula, por encima de las generaciones, es el murmullo de un apellido.
El novelista, periodista y ensayista Amin Maalouf, nacido en Líbano en 1949, ofrece en esta obra un paseo por la biografía de sus antepasados de los dos últimos siglos a partir de la correspondencia y de los diarios íntimos que encuentra en una maleta en la residencia familiar. Estos documentos relatan buena parte de la historia contemporánea del territorio que hoy conforma Líbano, así como el complejo juego de identidades que se conjugan en muchos ciudadanos de este país montañoso habitado por múltiples comunidades distintas y, en ocasiones, enfrentadas.
eventos.
El auditorio de la Casa Árabe de Madrid acogerá el próximo lunes 23 de mayo la charla “Nakba 74: la catástrofe continua” y lo hará con una alineación de excepción. La académica y analista palestina Yara Hawari, miembro del think tank palestino e independiente Al Shabaka, estará presente en la sede de la calle Alcalá junto con Itxaso Domínguez, experta en la causa palestina y autora del reciente libro Palestina, que analiza el modo en que varios factores, como la fragmentación jurídica y territorial de pueblo palestino, ahondan la ocupación y la colonización. Si no os encontráis en Madrid, tenéis ocasión de seguir el debate a través de este enlace de Youtube.
Marhaba (مرحبا) significa hola en árabe.