¡Marhaba1! ¿Cómo estáis? Volvemos con una nueva newsletter en pleno momento de ebullición social en la región. Y, por eso, en nuestra /zaura/, no podíamos dejar pasar la ocasión para explicaros un poco más sobre las protestas que están aconteciendo en Irán durante las últimas semanas. Seguro que habéis visto imágenes y vídeos de mujeres iranís en pie, al frente de manifestaciones y barricadas. Aquí venimos a honrarlas y a contaros qué están exigiendo estos días.
Para recuperar nuestras anteriores newsletters ya sabéis que sólo tenéis que visitar nuestro archivo. Si alguien que te quiere te ha reenviado este correo es porque quizá te interesen las luchas en Oriente Medio. Ojalá sea así porque esta es una invitación a hacer la revolución juntxs en la newsletter del podcast /zaura/. Sólo tienes que suscribirte para leernos cada dos semanas.
Cantando al unísono e impulsadas por la fuerza que les da la unidad, un centenar de chicas adolescentes se quitan el hijab en el patio del colegio. Descargan su rabia contra un miembro de las fuerzas armadas iraníes; los responsables del centro educativo han invitado al paramilitar para que convenza a las alumnas de las bondades del régimen, pero las jóvenes revolucionarias impiden que se pronuncie mientras le abuchean, exigiéndole que desaparezca. Por encima de las chicas, el representante de la Guardia Revolucionaria aguanta el tipo como puede desde la tribuna, revisando sus notas como si tuviera que encontrar en ellas la palabra mágica que le devolviera la autoridad.
Aunque no lo parezca, el humillado soldado iraní no está solo. Estos días, centenares de miembros del régimen de los ayatolás están siendo objeto de burla y de insulto por parte de miles de estudiantes en todo el país. La reapertura de colegios y universidades ha brindado el escenario para que las alumnas se graben en conjunto haciendo volar su cabello al viento, o retirando de las paredes de las aulas las fotografías del Líder Supremo, Ali Khamenei, antes de destrozarlas. Por una vez, y a su manera, son las mujeres del país quienes atacan a las mismas fuerzas de seguridad que les hacen la vida imposible. Hasta decir basta.
“Aquello despertó un trauma colectivo en todas nosotras”, reconoce Saad en declaraciones a /zaura/. Esta joven iraní se refiere a la muerte de la kurda Jina Masha Amini, que el 16 de septiembre fue asesinada a manos de la policía de la moral por llevar el velo mal puesto. Tenía 22 años. Su caso ha dado fuerza a las mujeres del país para protestar por su muerte injusta, pero también por el miedo al que las autoridades las someten en el día a día.
Más de tres semanas después, siguen de pie a pesar de la represión macabra de un régimen al que no le importa masacrar a su propia población con tal de aplacarla. Como ya hicieran en ciclos de protesta anteriores, bloquean internet y aprovechan que el mundo pierde acceso a lo que ocurre sobre el terreno para dar rienda suelta a la violencia contra ciudadanas desarmadas. El grupo Iran Human Rights, con sede en Oslo, registra al menos 154 personas muertas por la acción de los cuerpos policiales. Los precedentes no son buenos: durante las protestas de noviembre de 2019, dos miembros de las autoridades reconocieron a la prensa la muerte de más de 1.500 personas en dos semanas.
“El hijab obligatorio es el símbolo del poder del gobierno sobre nuestros cuerpos, así que estos días queremos que vean que somos nosotras quienes controlamos nuestros cuerpos”, reivindica Saad desde Teherán. Escribe mensajes durante los pocos momentos del día en los que consigue esquivar el bloqueo de internet. Esta estudiante de economía e historia advierte que erradicar la obligatoriedad del velo sería solo el comienzo: “exigimos los derechos humanos más básicos: exigimos vivir, exigimos la autonomía de nuestros cuerpos, exigimos igualdad económica”, reivindica la joven.
La ley iraní, afirma, discrimina a las mujeres en todos los ámbitos de sus vidas: “nos hacen depender de nuestros maridos o de nuestros tutores masculinos; nos privan de nuestra dignidad humana”. Saad denuncia el fuego indiscriminado que la policía abre contra las manifestaciones, pero desde la encendida capital del país persa, la joven proclama que las mujeres del país siguen “quitándose el velo” enfrente de las autoridades. “Esta vez, protestamos de la mano de nuestras madres y de nuestras tías”, celebra orgullosa.
“No exagero si os digo que todo el mundo apoya estas protestas”, aclara Marjan. Esta iraní de 35 años se apartó de su familia y de su Teherán a los 28, cuando tuvo bastante: “había cosas que no podía soportar por parte de un régimen misógino”, dice desde Estados Unidos. “Sabía que pronto habría una revolución feminista en el país”, asegura Marjan: “En 2019 estuve un año y medio en Irán y había una represión enorme”. La juventud, argumenta, está harta: “saben que la vida en el resto del mundo no es como en Irán; miran a su alrededor y quieren vivir mejor”.
Shima, otra joven iraní exiliada en Estados Unidos, forma parte del colectivo iraní y feminista Raha: “la gente está cabreada por la precariedad económica o por la represión política del estado, que encarcela y asesina disidentes de forma continua, especialmente desde noviembre de 2019”, reconoce desde Nueva York. Pero lo que estos días ocurre en Irán, defiende, “es una revuelta feminista que apunta contra el corazón ideológico de la República Islámica”, analiza Shima. Para la activista, el hecho de que las mujeres se quiten de encima el símbolo de la represión del estado “mientras colocan sus cuerpos en medio de las calles durante las protestas” constituye una transformación revolucionaria.
En cambio, Sheyda es de una generación mayor que Saad, que Marjan y que Shima. Echa la vista para atrás y se acuerda perfectamente de aquellos días. “Estaba muy excitada por el hecho de expulsar al Sha de nuestro país”, afirma esta mujer iraní. Su caso ejemplifica el viaje de todo un país. A los 17 años de edad, Sheyda participó de la revolución de 1979 que puso el actual régimen en el poder. Hoy, sin embargo, esta iraní en el exilio sueña con terminar con el gobierno de los ayatolás, del que huyó solo cuatro años más tarde de su formación: “no soportaba sus normas”, reconoce fatigada sólo de pensarlo.
“La opresión de la mujer es una cuestión esencial de este régimen, pero quizá esta sea también su debilidad fundamental”, analiza Sheyda. Afirma que la mayoría de iraníes están en contra del régimen y que avanzar en los derechos de las mujeres es un consenso social. Quizá por eso, el régimen ha terminado con las revueltas anteriores asesinando, torturando y encarcelando a multitudes: “las manifestantes conocen los precedentes”, afirma Sheyda con voz decidida, “pero creo que ya no les importa”.
Debemos mantener la mirada puesta en Irán, porque lo que están haciendo estas mujeres es de una valentía inmensa. Por eso, os dejamos unas cuantas lecturas más para profundizar:
‘La generación iraní que no tiene miedo’ (Revista 5W). Hay que leer a la siempre sabia Catalina Gómez Ángel. Es una de las mejores reporteras en lengua española en Teherán.
‘Figuring a Women’s Revolution: Bodies Interacting with their Images’ (Jadaliyya). Este interesante ensayo busca comprender la brecha entre ver fotos y videos de protestas en línea y la presencia en la calle.
Evolución de las protestas desde 1979 (BBC). En este vídeo de apenas 4 minutos, podrás ver la incansable lucha de las mujeres iranís.
How Iranian students are shaping the anti-regime protests (FT). El rol de las estudiantes en estas protestas está siendo clave.
cantar la revolución.
Por bailar en público
Por cada vez que tuvimos miedo a besar a nuestro amado en público
Por mi hermana
Tu hermana
Nuestras hermanas
¿Para qué sirve una revolución? Esta canción responde a esa pregunta. Su título lo dice todo: ‘Baraye Azadi’, por la libertad. Este joven cantante iraní, Shervin Hajipour, usa tuits para componer una letra conmovedora que ya se ha convertido en el himno de las protestas en Irán. Con su voz melodiosa, va repitiendo los motivos que las usuarias de la red han compartido para salir a las calles y protestar. Cada uno de los mensajes es conmovedor y arma al pueblo de razones para manifestarse. La fuerza de esta canción ha provocado la detención de Shervin, ya que el régimen teme la solidaridad del pueblo con las mujeres. Ya ha sido puesto en libertad bajo fianza para que su caso pueda pasar por el proceso legal.
ellas son la /zaura/.
Después de Jina Masha Amini, esta joven de 16 años es otra mártir de la revolución iraní. Nika Shakarami desapareció el 20 de septiembre de 2022 en Teherán durante las protestas. Diez días después, su familia fue informada de su muerte diez días después. Una muerte en circunstancias sospechosas que se sospechaba que implicaba violencia por parte de las fuerzas de seguridad. Después de que su familia identificara su cuerpo e intentara enterrarla, las autoridades iranís les arrebataron el cuerpo de su hija asesinada y lo enterraron en otro lugar. Querían evitar otro cortejo fúnebre que podría ser el catalizador de más protestas. Pero, obviamente, no han podido impedirlo. Ahora las calles también corean su nombre y la recuerdan por la vida que dió. Amante de la pintura, las redes celebran su valentía y su talento con vídeos suyos cantando sobre un escenario o avivando las protestas con su voz.
manifiestos.
‘Marx y la muñeca’, Maryam Madjidi (traducción de Palmira Feixas), Editorial Minúsucula.
«La primera identidad para mí en estos momentos es ser mujer. ¿Y por qué? Porque eso me obliga a estar vigilante, atenta a todo lo que tiene que ver con los derechos de las mujeres. Participar en una lucha por los derechos de las mujeres y con otras mujeres. La segunda identidad es que soy una mujer iraní y una mujer francesa» (2019)
Con apenas seis años, Maryam vio a sus padres enterrar sus libros en el jardín. Y esa imagen le marcó. Testigo en potencia de la revolución iraní desde el vientre de su madre, su familia abandonó el país en 1986. Por eso, para ella, Irán siempre ha sido un sueño. Desde la Francia que no sabía pronunciar su nombre, aquella tierra de jazmín y velos se presentaba como el paraíso para esta escritora marcada por tres exilios. En esta obra desgarradora, que le valió el premio Goncourt a la mejor primera novela en 2017, relata esos choques de identidad, sobre la integración y sobre el ser mujer en pie de guerra.
plazas y avenidas.
En el marco del ciclo de conferencias Med Dialogues + 2030, la investigadora Ahlam Chemlali dara la ponencia ‘Mujeres migrantes y refugiadas en el Mediterráneo: Responder a sus necesidades, proteger sus derechos’ el próximo 14 de diciembre en la Sala de Actos del CaixaForum Macaya en Barcelona. Durante el viaje hacia una mejor vida, las mujeres migrantes están expuestas de manera desproporcionada a diversas amenazas que afectan a su seguridad, así como a dificultades económicas y sociales que tienen a menudo un marcado componente de género. Aquí podéis encontrar más información sobre el evento y el enlace de inscripción.
Marhaba (مرحبا) significa hola en árabe.