#026 mujeres en busca de sus desaparecidos
miles de familias en todo oriente próximo llevan más de un millón de años esperando encontrar a sus seres queridos.
¡Hola! Kifkon?1 Esperemos que estéis muy bien y que este mes de septiembre os pille con ganas de empezar un nuevo año académico con entusiasmo. Nosotras hoy volvemos con unas historias de valentía que nos han dejado impresionadas. Esta semana tuvimos el placer de escuchar a cuatro mujeres que, desde diferentes países, buscan a los miles de desaparecidos que han dejado las guerras y los conflictos. Aunque el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas fue el miércoles, nosotras queremos rendirles homenaje cada día.
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En todo Oriente Próximo, miles de familias esperan una llamada que parece no llegar nunca. Todas ellas la han esperado colectivamente durante más de un millón de años. Quieren escuchar una voz familiar, ya sea la de su hijo o su hija, su marido, su padre, su primo, su hermano o su hermana. El anhelo de saber les hace despertarse cada mañana y les inspira a seguir luchando. En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, algunas de los líderes de la lucha, algunas madres, se reunieron en Beirut para reclamar justicia.
Wadad Halwani lleva más de 40 años buscando a su marido. Durante la guerra civil del Líbano, Adnan Musbah Halwani fue secuestrado en su casa en Beirut en septiembre de 1982. Mientras criaba sola a sus dos hijos pequeños durante el conflicto, fundó el Comité de Familias de los Secuestrados y Desaparecidos en el Líbano (CFKDL, por sus siglas en inglés) con otras esposas, madres, hermanas e hijas que querían saber el destino de sus seres queridos.
Durante un evento organizado por Amnistía Internacional en Beirut con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Halwani reivindicó “su derecho a un entierro digno”. “Tenemos derecho a ver los restos de nuestros seres queridos”, dijo. Pero ella no está sola. Al cruzar la frontera libanesa, la lucha de Halwani inspiró a otras. En Siria, Fadwa Mahmoud fundó la organización Familias por la Libertad después de que su hijo Maher Tahan y su marido, el opositor Abdel Aziz el Khayyer, desaparecieran durante las protestas de 2011. “Pagamos un precio muy alto por la revolución”, explicó Mahmoud. "No sé nada sobre mi hijo y mi marido desde entonces porque si pregunto, me arrestarían y tengo otro hijo”, dijo.
Las organizaciones de derechos humanos estiman que el número de personas desaparecidas o secuestradas en Siria ronda los 100.000. “Me atrevería a decir que alrededor del 95% de las familias del país tienen algún miembro detenido”, añadió. Doce años después del inicio de la guerra, las cárceles de Bashar al Assad siguen llenas pero nadie sabe con seguridad quién está dentro.
Como consecuencia del movimiento de protesta iniciado durante la Primavera Árabe, las yemenís también sufren una guerra civil desde 2014. En aquel momento, el primo de Najla'a Fadhel desapareció y su vida cambió al convertirse en una de las 1.547 familias que buscaban a sus familiares. “Me reuní con otras mujeres que buscaban a sus seres queridos y creamos la Asociación de Madres de Desaparecidos en el 2016”, dijo. “No queríamos recurrir a terceros que se aprovecharan de nosotras”, añadió Fadhel.
Un día de 2006, Wadad Chammari pasó de ser madre a convertirse en activista. Ese día desapareció su hijo de 23 años. “Buscar a los desaparecidos en Irak es casi imposible, ya que algunas milicias cuentan con el apoyo del Estado y la ciudadanía no puede obtener sus derechos simplemente pidiéndolos”, afirmó. Como parte de la Fundación Al Haq para los Derechos Humanos, se han enfrentado a los diferentes actores involucrados en las desapariciones forzadas, especialmente las milicias.
En Iraq, las cifras estimadas van de 250.000 a 1.000.000 de desaparecidas. “La mayoría de las familias de las desaparecidas no trabajaban de manera organizada porque eran en su mayoría mujeres rurales que luchaban en sus lugares de origen y no se atrevían a alzar la voz”, explicó Chammari.
Lo que Halwani, Mahmoud, Fadhel y Chammari tienen en común no es sólo su coraje para desafiar a todo tipo de autoridades con tal de conocer el destino de sus seres queridos. Las cuatro son mujeres y han liderado esta lucha a pesar de las dificultades añadidas que suele sufrir su género. “Como mujeres, nos enfrentamos a muchos obstáculos en Yemen”, afirmó Fadhel. “No podemos movernos de un lugar a otro sin tener un compañero varón con nosotras”, añadió, tras reconocer que tardó dos días en llegar a Beirut desde su país de origen.
No todos pueden continuar la lucha desde dentro del país. Para la siria Fadwa Mahmoud, preguntar por sus familiares podría ser su sentencia de muerte. Ya estuvo en prisión durante dos años bajo el gobierno de Hafez al Asad. “Cuando empezamos, éramos sólo cinco mujeres y ahora somos 250 familias”, dijo la cofundadora de Familias por la Libertad. Con una sucursal en Europa y otra en Turquía, han estado trabajando para conseguir el apoyo de la comunidad internacional para traer a sus seres queridos a casa.
Este año, las sirias han obtenido uno de sus éxitos más importantes. En junio pasado, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que establecerá un organismo independiente para determinar qué pasó con todas las secuestradas, desaparecidas y arrestadas en Siria. “No nos sorprendió ver que los países árabes no nos apoyaban, a pesar de que el Líbano tiene cientos de desaparecidas solo en Siria”, dijo Mahmoud.
Los libaneses vivieron este entusiasmo en el 2018, cuando se promulgó la Ley 105. Esta nueva legislación permitió el establecimiento de la Comisión Nacional para las Personas Desaparecidas y Desaparecidas Forzadamente con el mandato de investigar casos individuales de los 17.415 oficiales, localizar y exhumar fosas comunes y permitir un proceso de búsqueda.
“El comité fue creado en el 2020 con un mandato de cinco años; han pasado tres y todavía no tiene los recursos lógicos y financieros para hacer su trabajo”, denunció la presidenta de CFKDL, Wadad Halwani. La ley no tipifica como delito la desaparición forzada y no ofrece ninguna vía para responsabilizar a los sospechosos de desaparición forzada.
En Iraq, el gobierno acordó ratificar el tratado de las desaparecidas. “Pero en el terreno nada cambió realmente”, dijo Chammani. “El gobierno iraquí dice que no tiene recursos suficientes para abrir las numerosas fosas comunes conocidas en el país para que podamos conocer el destino de nuestros hijos y maridos”, lamentó. La yemení Najla’a Fadhel es la única que ha podido volver a abrazar a su familiar desaparecido. “A mi primo lo liberaron pero nosotras, la Asociación de Madres de Desaparecidos, seguimos luchando”, concluyó.
Si queréis ayudar en la lucha de estas inspiradoras mujeres, consultad los enlaces del texto para acceder a sus organizaciones y brindarles apoyo económico o a través de propagar su lucha con la palabra.
Aunque aún estamos en servicios mínimos, no podíamos marcharnos sin recomendaros el libro ‘Molinos de viento de nuestros corazones’ lanzado por el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) y el Comité de Familias de Secuestrados y Desaparecidos en el Líbano (CFKDL). En esta obra, se recogen los testimonios de 15 mujeres familiares de personas desaparecidas y desaparecidas por la fuerza en el Líbano durante la guerra civil de 1975 a 1990. El libro está disponible en árabe, inglés y francés. Todas las ganancias de la venta se destinarán al Comité de Familias de Secuestrados y Desaparecidos para ayudar a mantener sus esfuerzos de décadas para descubrir la verdad, preservar la memoria y buscar la justicia.
Kikfon? significa ¿cómo estáis? en árabe.