#025 palestina en un laúd
la música de Le Trio Joubran, un grupo palestino formado por tres hermanos, populariza el instrumento entre la juventud a la vez que traslada su país al mundo.
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Por presuntuoso que pueda sonar, Le Trio Joubran trasladan Palestina a la diáspora alrededor del mundo. Así lo sienten quienes asisten a sus conciertos y, de algún modo, así lo reconocen ellos mismos. Hemos hablado con Samir, el hermano mayor y fundador de la banda, y no podíamos desaprovechar la oportunidad de invitaros a conocer este grupo palestino y su legado: cambiar el uso y la percepción que el laúd tiene en el mundo árabe.
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Palestina no es un país lo bastante pequeño como para trasladarlo dentro de un laúd. Samir, Wissam y Adnan, los tres hermanos de Nazareth que forman Le Trio Joubran, tampoco tienen intención de hacerlo. Ellos son músicos y dan vueltas por el mundo sin más propósito que el de obsequiar a las espectadoras con el sonido de este instrumento ancestral. Pero sus conciertos, aunque sea de forma involuntaria, establecen Palestina allá donde van.
Le Trio Joubran es la cuarta generación familiar de laudistas palestinas, y su historia emociona a sus seguidoras. Han llevado más allá la maestría heredada y han revolucionado el uso y la percepción de este instrumento, tan asociado a la causa palestina. El elemento central de sus conciertos son sus tres laúdes, tímidamente acompañados por una batería y un violonchelo. Las composiciones de los hermanos someten a la audiencia a un recorrido que transita por la dulzura y la tensión, mientras el juego de luces y sombras construye un ambiente onírico que las espectadores –a menudo, palestinas en la diáspora– viven como un acercamiento a una tierra perdida .
“Hay que tener presente que este acercamiento quizás nunca existirá”, lamenta Samir Joubran en declaraciones a /zaura/. “Cuando termina el concierto, el público vuelve a casa con su sueño incumplido, ya sea vivir en Palestina o simplemente poder visitarla”, constata. El mayor de los hermanos Joubran celebra la atmósfera que se creó hace unos días en el concierto que ofrecieron en Túnez y en el que hicieron en junio en Beirut. La del Líbano, dice, fue una ocasión especial.
La organizaba la Agencia de la ONU por los Refugiadas Palestinas con el objetivo de recaudar fondos para sus proyectos en el Líbano. Los cientos de miles de palestinas que residen en el país quedan en tierra de nadie: el gobierno libanés las margina de forma proactiva para que no se establezcan en el Líbano, mientras que el estado de Israel les impide el retorno. A menudo, el desamparo las condena a la pobreza y les hace malvivir en guetos insalubres carentes de servicios básicos, donde los grupos humanitarios son los únicos que velan por sus derechos educativos o sanitarios. El concierto en Beirut, donde hay varios campos de refugiadas palestinas, propiciaba la asistencia de espectadoras que desde que tienen uso de razón han ansiado lo que todavía llaman “Palestina” a pesar de tenerla a una hora en coche. Nazareth, ubicado en el norte del actual Israel y origen de muchas refugiadas en el Líbano, estaba encima y debajo de los escenarios.
De Elvis Presley a Golda Meir
Samir Joubran creció en un entorno cargado de referencias musicales. El egipcio-sirio Farid al-Atrash y el iraquí Munir Bashir son algunas de las laudistas que le inspiraron, tal y como él reconoce, cuando le llegó la madurez. “Ahora te sorprenderás, pero antes de prestar atención a estas artistas me aprendí todas las canciones de Elvis Presley; solía bailar como él”, rememora.
Samir acumula 35 años de trayectoria musical y un legado que premia su atrevimiento. En casa, el oficio de laudista era una opción evidente. En la calle, al joven que bailaba como Presley le costaba admitir que tocaba un instrumento con 5.000 años de historia. "Me daba vergüenza decirlo a las chicas de la clase", recuerda sonriendo. "Lo que se llevaba eran las guitarras". Hoy, ve su carrera como una lucha victoriosa. “No te puedes imaginar el montón de jóvenes que estudian para aprender a tocar el laúd en Palestina y en El Cairo”.
La aventura musical de Samir también ha cambiado la percepción del laúd, que era entendido como un acompañamiento. La actitud “dictatorial” de algunas cantantes le animó a prescindir de ellos. “Algunas imponen directrices sin tener ni idea de música, así que pensé: ¿por qué no puedo ser yo mismo la estrella del escenario con mi instrumento?”, afirma. Fue el primer músico en dar un concierto solo en Palestina, y cree que hizo el primer disco instrumental del mundo árabe. “Mis amigas se reían de mí”, explica entre risas. “Me decían: «¿Qué quieres decir? ¿Que tenemos que venir a un concierto de una hora a oír sólo instrumentos?»”, recuerda.
Samir Joubran, el más veterano de los hermanos, inició su carrera en solitario. Wissam y Adnan se unieron cuando adquirieron el conocimiento necesario a la hora de tocar el instrumento encima del escenario. El primer concierto compartido entre el hermano mayor y el mediano fue en 1996 en París. La química entre dos músicos que también eran hermanos fue apreciada por la audiencia. De hecho, al primer álbum que publicaron juntos, antes de que Adnan se uniera al proyecto, lo llamaron ‘Tamaas’, que se podría traducir como ‘Cercanía’.
Le Trio Joubran son tres músicos palestinos dispuestos a cargar con la militancia que esto implica. Después de un concierto que dio en 1994 con el aclamado poeta palestino Mahmoud Darwish, Samir decidió apostar por presentar Palestina en el exterior: "Es nuestra resistencia contra la ocupación".
El grupo llegó después de una época de asimilación identitaria. Durante las décadas de 1920 y 1930, artistas de toda la región como Um Kulthum y Asmahan solían viajar a Jerusalén a grabar su obra. Otras, a aprender la correcta pronunciación del árabe. “Pero esto era antes de Israel”, dice Samir. “Después, Golda Meir [cuarta primera ministra de Israel] hizo que se nos llamara árabes israelíes. Nos quitaba así el nombre de nuestra nación. Incluso han hecho del falafel el plato nacional de Israel”, denuncia.
La defensa de su país no es incompatible con la reivindicación de su normalidad. "Nos merecemos ser tratados como músicos, y no como palestinos que deben hablar de política", argumenta. “No queremos que se nos aplauda por ser víctimas ni por ser héroes, sino por nuestra música”, continúa. Mientras, aunque no lo pretendan, los integrantes de Le Trio Joubran continuarán trasladando Palestina por todo el mundo. Y creándola para sí mismos. “Sea el país que sea, cuando estoy en el escenario siento que este pequeño espacio es mi tierra, una tierra que construyo con mi música y con mi identidad”, admite Samir. "Una tierra que, por unos momentos, es Palestina".
Este artículo ha sido publicado en El Punt Avui este 15 de agosto de 2023.
Si os gustaría conocer un poco más a Le Trio Joubran, os sugerimos algunos enlaces que os podrían ayudar a hacerlo.
Majaz, uno de los álbumes más reverenciados de los hermanos Joubran, está disponible en YouTube.
Si por casualidad andaréis cerca de Montpellier el próximo 17 de septiembre, quizás os apetezca asistir al concierto que Le Trio Joubran ofrecerá en el Festival Arabesques. ¡Podéis pedir aquí vuestras entradas!
Marhaba (مرحبا) significa hola en árabe.