#027 en busca de la última oportunidad
miles de jóvenes en Siria se organizan en la clandestinidad para representarse a si mismas en medio de un conflicto que las deja sin agencia
¡Marhaba1! ¿Cómo estáis? Esperamos que el 15 de septiembre no os pese demasiado y que la vuelta al cole os resulte ligera. En /zaura/ dejamos atrás los servicios mínimos y venimos con una historia desde los márgenes del conflicto sirio.
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Una nueva generación se abre paso en Siria. Lo hacen con la intención de avanzar en el camino hacia un país de derechos y libertades, alejado del que pisan ahora mismo. Defienden que la Siria que sueñan no la obtendrán del régimen de Bashar al-Ásad, pero tampoco de los grupos armados islamistas que se enfrentan a él ni de los grandes pesos pesados de la comunidad internacional. El progreso que tenga que existir en Siria, advierten, llegará a raíz del sudor y de las lágrimas de la propia ciudadanía. Y tras doce años de guerra y más de medio siglo de dictadura, saben que eso excluye la lucha armada: “nunca podremos vencer al régimen en el juego de la violencia”, explican en declaraciones a /zaura/.
El joven sirio Youssef Wannous ejerce de portavoz de El Movimiento del 10 de Agosto, la nueva organización pacífica surgida en Siria. El grupo trata de aglutinar el músculo de la sociedad civil que todavía hoy, tantísima represión mortal después del inicio del conflicto, está dispuesta a desafiar el dominio del clan de los al-Asad para pensar en una Siria mejor. El portavoz del Movimiento explica el porqué de la organización con pedagogía: “hoy en día, en Siria, ni tan siquiera hay espacio para el debate político”, lamenta Wannous: “es imposible tener una conversación normal sobre política y sobre derechos; por eso, nuestro principal objetivo es encontrar las vías para romper con esta parálisis y aumentar la consciencia política de la población, y hacerles ver que no tienen por qué vivir bajo un régimen autoritario”.
La habilidad del gobierno de al-Asad a la hora de perseguir quienes intentan ensanchar el espacio civil fuerza los miembros de El Movimiento del 10 de Agosto a marcarse metas que podrían parecer menores: “queremos aumentar la comunicación con otros grupos que tienen las mismas intenciones que nosotras y construir una entidad unificada”. La idea, explica, “es organizar protestas que se mantengan alejadas de la lucha violenta, puesto que el régimen es muy habilidoso en ese terreno”.
La situación, dice este joven sirio, “es la peor en la que jamás hemos estado”, así que cada pequeño progreso será un logro. Wannous, que reside en la costa siria, un territorio controlado por al-Ásad, afirma que la vida bajo el régimen es insufrible. En muchos lugares, el alto índice de personas muertas o desparecidas deja poblaciones enteras sin hombres jóvenes. Los que quedan libres se ven obligados a elegir entre unirse a una milicia armada, a ejercer tres oficios a la vez para sobrevivir o a entregarse a las drogas. “Quien no muere en el campo de batalla se destroza el celebro con sustancias baratas y accesibles”, asegura.
El nacimiento del grupo llega en el mismo momento en el que se propaga por el sur de país una nueva oleada de protestas antigubernamentales. Unas protestas que no son una amenaza para la supervivencia de gobierno pero sí son significativas, puesto que tienen presencia en municipios como As-Suwaida, que durante los últimos doce años se habían mantenido al margen del conflicto.
El gobierno sirio aún no ha reconocido la existencia de El Movimiento del 10 de Agosto, que reivindica tener miles de adeptas en zonas controladas por las fuerzas de al-Asad. Pero lo cierto es que ha detenido varias decenas de personas que formaban parte del grupo. “El régimen siempre responde con detenciones y torturas, así que estamos intentando actuar de forma segura”, cuenta el portavoz de la organización a /zaura/. “No conocemos los nombres reales de las otras militantes de la organización ni tampoco dónde vivimos, y contamos con el apoyo de expertas en ciberseguridad que nos asesoran sobre cómo comunicarnos entre nosotras mediante aplicaciones seguras”.
El grupo parte del convencimiento de que luchar por ser un sujeto político merece la pena. Sus miembros afirman que buena parte de la población en Siria tiene el problema de no sentirse representada por nadie, y añaden que ni el régimen, ni los grupos extremistas, ni las oposiciones apoyadas por países extranjeros defienden la Siria democrática que ellas quieren. Soñar, sin embargo, tiene un precio que están dispuestas a pagar. Tanto a Wannous como a las miles de militantes a quienes representa, el miedo a terminar detenidas no las frena: “todas las que estamos implicadas en la organización sabemos que esta puede ser nuestra última oportunidad”.
Si este artículo os ha interesado y querríais saber más sobre el Movimiento del 10 de Agosto o sobre la situación en Siria, os recomendamos estos dos enlaces:
“Quién son el nuevo grupo de oposición relacionado con las protestas en Suwaida?”. Un reportaje dedicado a esta organización y publicado en The New Arab (en inglés)
La Red Siria de Derechos Humanos (SNHR, por sus siglas en inglés) es uno de los principales portales para seguir la situación sobre el terreno en cuanto a protestas y agresiones de derechos humanos.
cantar la revolución.
Por la salida del sol después de noches largas y oscuras,
por las pastillas que tenemos que tomar para poder dormir,
por la niña que soñó con haber nacido un niño,
por las mujeres, por la vida, por la libertad.
Esta semana se ha cumplido un año desde el asesinato de la joven iraní Mahsa Amini a manos de la policía de la moral, que la detuvo por llevar el velo mal puesto sobre su cabello. Aquella muerte despertó lo que muchas iraníes describieron como un trauma colectivo, así como las mayores protestas antigubernamentales que hayan existido desde la revolución de 1979. Aquella movilización tuvo un himno acogido como tal por las mismas manifestantes. Se llama Baraye y su autor fue el cantante iraní Shervin Hajipour. La letra está compuesta a partir de la unión de mensajes de protesta que las manifestantes habían colgado en las redes sociales. El propio Hajipour fue detenido poco después de que la canción viera la luz.
ellas son la /zaura/.
La represión de las autoridades iraníes aparta del mundo mujeres que luchan contra la sociedad patriarcal que los ayatolás les quieren imponer. Una de las muchas activistas y defensoras de los derechos humanos que ha desaparecido de las calles es Narges Mohammadi, que lleva 13 años pasando más tiempo dentro de la cárcel que en libertad. En enero de 2022 la condenaron a 10 años y 8 meses de prisión y a 154 latigazos por delitos relacionados con “la seguridad nacional”. En la temida cárcel de Evin ha sufrido torturas y malos tratos, puesto que le ha sido negado tratamiento médico adecuado a pesar de haber sufrido una serie de ataques al corazón. Precisamente, las condenas más recientes que pesan sobre ella están relacionadas con sus denuncias de la violencia sexual contra las mujeres presas en el país.
manifiestos.
All She Lost, Dalal Mawad, Bloomsbury.
“Cuando comencé a informar sobre la explosión del puerto de Beirut y sus consecuencias en 2020 para AP, muchas mujeres se acercaron a mí. Buscaban un espacio seguro y me confiaron su dolor. Tenían historias poderosas. Un año después, cuando decidí escribir un libro sobre la explosión y el colapso del Líbano, me di cuenta de que, sin hacerlo a propósito, la mayoría de los relatos que tenía eran de mujeres. Las mujeres eran las mejores narradoras, tal vez porque casi nunca han tenido una plataforma para hablar”. Son palabras de la propia Dalal Mawad, periodista libanesa y autora de uno de los libros más esperados del Líbano post-explosión. Aunque el libro se publicó en agosto, coincidiendo con el tercer aniversario de aquella tragedia, Mawad trata de explicar que las injusticia en el país vienen de más allá: “la impunidad permite que la historia se repita una y otra vez tanto en el Líbano como en el mundo árabe, y sólo cuando existe justicia se puede confiar en la reconstrucción”.
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plazas y avenidas.
Este 2023, en el que se cumplen 75 años desde la creación de Israel y la expulsión de 750.000 palestinos de su tierra, toca tener un ojo puesto en aquellos hechos. Y el documental Tantura, dirigido por el israelí Alon Schwarz, nos ayuda a hacerlo. Este documento de investigación, que toma el nombre de uno de los pueblos palestinos que fueron arrasados en 1948, demuestra cómo las autoridades israelíes han reescrito la historia del territorio y de su propio pasado. Podéis verlo en la web de TV3.
Marhaba (مرحبا) significa hola en árabe.